OBITUARIO

Grimaldo Cuéllar, rodeado de sus hijos y nietos, fue promovido a la Patria Celestial el 3 de agosto del 2024.

Nació en Cerro de Pasco, Perú, el 29 de septiembre del 1924. Grimaldo fue hijo de Patricio Cuellar y Fermina Torres. Fue un padre ejemplar, abuelo cariñoso, y un bisabuelo encantador. Estuvo felizmente casado con Sara Fretel, quien murió en 2016. Grimaldo y Sara compartieron 68 años de vida matrimonial.

Grimaldo aceptó a Jesús como su Salvador y Señor en 1970. Influenciado por su esposa Sara, se dedicó a la lectura de la Biblia y aprendió a deleitarse en la Palabra de Dios.

Su estilo directo causaba incomodidad en algunas personas, pero Grimaldo prefería decir la verdad que “andar con rodeos.” Su franqueza le abrió muchas puertas y otras fueron cerradas, pero al final se sentía satisfecho de haber sido íntegro en sus relaciones con sus semejantes. En momentos difíciles, se aferró a las promesas de Dios y cada noche recitaba el Salmos 23 con su hija, Techy. En la mañana del 3 de agosto, Jesús lo recibió con brazos abiertos: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor” (Mateo 25:23, RVR 1960).

Le sobreviven sus hijos Armando, Gabriel, Techy, Dina, Rolando, Elsy, y Juan Carlos; 22 nietos y 28 bisnietos.

Obituary

Grimaldo Cuéllar, surrounded by his children and grandchildren, was promoted to Glory on August 3, 2024.

He was born in Cerro de Pasco, Peru, on September 29, 1924. Grimaldo was the son of Patricio Cuellar and Fermina Torres. He was an exemplary father, loving grandfather, and a charming great-grandfather. He was happily married to Sara Fretel, who died in 2016. Grimaldo and Sara shared 68 years of married life.

Grimaldo accepted Jesus as his Lord and Savior in 1970. Influenced by his wife, Sara, he dedicated himself to reading the Bible and learned to delight himself in the Word of God.

His very direct personality caused some people discomfort, but Grimaldo preferred to tell the truth rather than “beat around the bush.” His frankness opened many doors for him while others were closed, but in the end, he felt satisfied with having been upright and honest in his relationships. In difficult times, he clung to God's promises and recited Psalms 23 every night with his daughter, Techy. And on the morning of August 3rd, Jesus received him with open arms: “Well done, good and faithful servant! You have been faithful with a few things, I will put you in charge of many things. Come and share your master’s happiness!” (Matthew 25:23, NIV).

He is survived by his children, Armando, Gabriel, Techy, Dina, Rolando, Elsy, and Juan Carlos; 22 grandchildren and 28 great-grandchildren.